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Photos of Esfahan, Iran

Esfahan is the most beautiful Iranian city. And I was there just before the elections-rigging and the revolt. Besides the people and the monuments, you will see a President Ahmadinejad’s meeting and a few brave Greens supporting the opposition. May 2009.

Click on the image to see the photo album. Haz clic en la imagen para ver el álbum de fotos.

Fidel Castro regaña a Ajmadineyad por antisemita

Con Fidel Castro hay que andarse con cuidado. Muchos han caído como pájaros bobos con él, como Vicente Fox. Pero quisiera saber qué va a decir ahora la legión de incondicionales que se ha ido con Hugo Chávez a apoyar al dictador y extremista religioso Majmud Ajmadineyad, en la creencia de que los cubanos (es decir, Castro), también lo avalaban acríticamente.

En entrevista con Jeffrey Goldberg, de The Atlantic, nos enteramos que Castro no sólo entiende la historia del pueblo judío y denuncia el antisemitismo, sino que critica a Ajmadineyad por negar el Holocausto. Goldberg le pregunta si se lo ha dicho a Ajmadineyad, y Fidel responde: “Selo digo a usted para comunicárselo a él”.

Véanlo aquí en la versión original en The Atlantic y aquí en el resumen del diario La Jornada.

Goldberg se quedó sorprendido por eso. Pero más cuando le preguntó a Castro si seguía considerando que el modelo cubano era exportable, y el dirigente respondió: “El modelo cubano ya ni siquiera nos funciona a nosotros”.

Véanlo en The Atlantic y el resumen de La Jornada.

Esto es claro desde hace décadas para cualquiera que se quite las gafas de la ideología o el romanticismo. Cuba y su revolución son un fracaso, para pesar de sus habitantes. Pero que el gran artífice lo reconozca, aunque sea de esta forma matizada, es sorprendente y deja a uno pensando: “¿A dónde va Castro con esto?” Porque todo sabemos que Castro no da paso sin bota.

Hay que seguir la serie de posts que Goldberg seguirá subiendo a su blog, a raíz de su reciente encuentro con Castro. Por lo pronto, que los pro-ajmadineyadistas y los pro-castristas empiecen a revisar sus mitos.

Hey Ayatollah, leave those kids alone!

Take a look of this exiled Iranian duo Blurred Vision’s new video, a reworking of the Pink Floyd’s famous song as a homage to the protesters whom I saw bravely defying the police and the militias in the streets of Tehran

“La Ola Verde” en RTVE

En este programa de radio de RTVE, transmitido el 27 de junio, leyeron un par de fragmentos de mi libro La Ola Verde.

Por si te interesa: del minuto 24.45 al 26.05 presentan autor y libro. Del 30.30 al 34.00 leen parte del capítulo “Luto y sermón”, y del 46.04 al 48.17 una parte de “Abuso y tortura”.

http://www.rtve.es/mediateca/audios/20100627/marroc-fest-junto-off-feria-mediterrania-mediterraneo/812580.shtml

La ola verde

Publicado en National Geographic Traveler Latinoamérica (junio 2010)

Crónica de la revolución espontánea en Irán: mi nuevo libro sobre gente como nosotros en lucha

Por Témoris Grecko

 

Los pueblos —como las personas— revelan sus principales rasgos de carácter en momentos de crisis. Virtudes y defectos emergen diáfanos, propulsados por la presión de la urgencia y desnudados por la espontaneidad de la improvisación. Hace exactamente un año, el 12 de junio de 2009, un enorme fraude descarriló los comicios presidenciales en Irán. Yo estaba allí: tuve la invaluable oportunidad de aproximarme a una de las naciones más interesantes que he conocido, en un periodo crítico para ella: el proceso electoral y el movimiento de protesta que redefinieron a los iraníes en el imaginario mundial, que corrigieron muchos prejuicios y los diferenciaron de la perversidad del sistema político que los rige desde hace exactamente treinta años.

 

Estuve con ellos, los vi de cerca, traté de pasar como uno más, lo mismo en instantes de alegre celebración que cuando escapábamos con los milicianos detrás. Mi nuevo libro es un retrato en primer plano de este pueblo a nivel individual y colectivo, que describe a gente amigable, generosa, valiente, luchadora y llena de gracia y estilo, aun en medio de la batalla. En particular, trata de reflejar el rol destacado que asumieron las mujeres, objeto principal de la opresión social y líderes naturales de la resistencia.

 

También presenta los defectos, sin embargo. A pesar del encanto, la hospitalidad y la cortesía que despliegan los iraníes la mayor parte del tiempo, todo eso se pierde lastimosamente en dos situaciones: cuando van montados en una motocicleta y cuando se sienten inflamados con la verdad de dios.

 

Irán es un prometedor candidato al título de país con los peores conductores del mundo. Su fama se fortalece con el hecho de que ostenta la tasa más alta de muertes por incidentes con vehículos. Si se considera que su presidente, Majmud Ajmadineyad, ostenta un doctorado en dirección del tráfico, es fácil hacer de esto un chiste sobre su torpeza profesional. Pero sería injusto: con los iraníes al volante, no hay quien pueda. De esto sí que no se puede culpar al mandatario impuesto. Ni al líder supremo, el ayatolá Alí Jameneí. Es difícil de explicar cómo es que la moto convierte a la persona más amable en un vándalo abusivo y desconsiderado.

 

Algo parecido sucede con el fanatismo religioso, aunque éste sea un fenómeno que ocurre tanto entre los musulmanes chiitas de Irán como entre los miembros de cualquier fe. Individuos educados, tranquilos y corteses se pueden convertir en ángeles enloquecidos que aplican justicia por su propia mano, convencidos de que cuentan con la bendición de dios y se ganan un pasaje al cielo. La idea de tener una justificación divina les hace parecer como aceptable y hasta necesario cualquier castigo, desde un porrazo hasta la tortura, el asesinato y la matanza.

 

Creo que es en las personas simples donde están las respuestas para los individuos normales. En sus problemas y, sobre todo, en la forma en que los afrontan. Es de ellos de quienes más se aprende. Y en los iraníes de la calle encontré emocionantes ejemplos a seguir para todos nosotros. No en los liderazgos que tratan de conducirlos, no en los del gobierno, tampoco en los de la oposición oficial. A veces, en las escaramuzas callejeras, cuando los manifestantes padecían el ataque feroz de los unos y el abandono de los otros, llegaba a parecerme que habían sido derrotados, que los habían echado de la avenida, reducido, aplastado. Y de pronto los veía regresar por donde nadie se esperaba, las manos elevadas con los dedos en V, cantando con entusiasmo y entre risas mientras avanzaban hacia las columnas de policías frustrados que preparaban la siguiente carga.

 

En “La Ola Verde”, la historia de los personajes famosos es relevante y se trata de explicar su influencia y su papel. Pero no es el asunto principal. Este gran movimiento ciudadano no son Ajmadineyad ni Jameneí, ni los candidatos opositores Mir Joseín Musaví y Mejdí Karrubí, ni los ex presidentes Mojamad Jatamí y Akbar Jashemí  Rafsanyaní. El verdadero protagonista de este cuento persa es la gente que está harta de un sistema mentiroso y represor, que tomó a Musaví como figura aglutinante sólo porque era el candidato disponible, y que ahora busca maneras de seguir luchando más allá de las limitaciones de quienes encabezan su descontento.

 

No ofrezco entrevistas con ninguno de ellos. No pretendo que el lector «conozca al hombre», al líder, al gran jefe. Por un lado, esto se debe a una limitación importante: estuve en Irán con visado de turista, no de periodista, y la necesidad de mantener un perfil bajo me mantuvo lejos de las oficinas de prensa y de los equipos de campaña. Por otro lado, lo que me interesa es presentar una visión desde adentro, no con la perspectiva de la conferencia oficial, del hotel de lujo y de las oficinas permanentes en donde encerraron a la prensa acreditada.

 

Doy la mirada de la calle, el contacto con los iraníes sin nombre y con rostro oculto que soportaron las cargas policiales, la crónica directa de lo que ocurrió en cada escaramuza, desde donde el gas lacrimógeno arde en la garganta, en los ojos y en la piel. La ventaja de haber actuado sin la protección del visado de periodista es que pude trabajar por debajo del radar de las autoridades y mantenerme muy cerca de la gente normal, incluso cuando las calles se habían vaciado de periodistas extranjeros, que habían sido forzados a marcharse del país o que, en algunos casos, habían sido arrestados.

 

Gracias a esto, puedo traer un mensaje. Uno que muchos iraníes me pidieron que entregara: «No somos terroristas. Somos gente normal de este siglo».

 

Por eso también quise retratar, individualmente, a iraníes comunes. Porque me parece más importante que el lector los conozca. Porque al salir a la calle a manifestarse, no solamente protestaban contra el régimen y el fraude electoral: estaban gritándole al mundo quiénes son en realidad.

 

RECUADRO

LA GENTE COMÚN

Oriana Fallaci y Ryszard Kapuściński, ambos fallecidos, son dos referentes fundamentales del periodismo occidental del siglo xx. En cuanto a mis preferencias personales, no hay duda ni término medio: escojo la actitud profesional del polaco a la de la italiana. No soy un interrogador de grandes personalidades, más inteligente que sus entrevistados: a mí me gusta la gente común. La observo, la aprecio, la valoro. Sobre todo, admiro a los que luchan. (Publicado por Los Libros del Lince, Barcelona, 2010)

 

 

 

Presentamos “La Ola Verde”

Presentación de mi libro “La Ola Verde. Crónica de la revolución espontánea en Irán”.

Los presentadores estuvieron todos geniales: la luchadora y escritora iraní Nazanín Amarián, el escritor David Barba y mi entusiasta editor, Enric Murillo.

Acudió mucha gente, que hizo preguntas y fue tan amable que sentí que estuvo interesada a pesar de que hablé, hablé y hablé: ¡sólo un señor se fue! Sin duda, la diferencia la hicieron las entusiastas palabras de Nazanín y los inteligentes cuestionamientos de David.

We launched my book “The Green Wave. Chronicle of the spontaneous revolution in Iran”.

The presenters were all amazing: the Iranian writer and fighter Nazanin Amarian, the writer David Barba and my publisher, Enric Murillo.

Many people came, they made questions and were so kind that I could even think that they were interested, even when I talked and talked and talked: ¡only one man left! Surely Nazanin’s enthusiastic words and David’s clever questioning made the difference.


El generoso comentario de una académica iraní


¡Aaaaay! ¡Qué elogio más bello que una iraní se sienta reflejada en mi libro! Nazanín Amirian, una académica y escritora que se acaba de leer “La Ola Verde” (porque me hará el favor de presentarlo este martes) escribió en su blog:

“Termino de leer el libro …. me traslada a Irán. Recorro, de nuevo, las calles de protestas por la libertad y la justicia. Doy fe de la existencia real de los protagonistas de esta apasionante crónica: los reconozco uno a uno. Luego, me veo a mí y mis compañer@s en la revolución del 1978. …las mismas escaramuzas con los militares del Sha, las mismas reivindicaciones tres décadas después, y un pueblo indomable.

Vuelvo a oír sus gritos de hace un año, de la Revolución Verde, que empezó por la pregunta irónica de “¿Dónde está mi voto?” y continua hoy exigiendo el fin de la dictadura, de la mentira, del fraude y de la inquisición en nombre de Dios. Veo la mirada profunda de sus hombres y mujeres, que a pesar de una represión sin precedente en la historia contemporánea de Irán y sólo comparable con la invasión y la destrucción de los mogoles, sigue desafiante.

Gracias Témoris. No sólo por tu histórico testimonio sobre la valentía de un pueblo que lucha contra uno de los regimenes policiales más inhumanos del mundo, sino también por mantener vivo, con tu forma de escribir y hacer, el legado de Ryszard Kapuscinski, la pluma y la voz de los que sufren las injusticias, entre tanta manipulación, miradas mutiladas, interesadas y miopes.”

La Vanguardia me entrevista sobre “La Ola Verde”

La presentación es para el público en general, el martes 15 de junio a las 19.30 horas

en la Librería Alibri (Calle Balmes núm. 26) de Barcelona.

Víctor-M. Amela, del diario La Vanguardia de Barcelona, me hizo una entrevista que se publicó hoy, sobre el conflicto en Irán y mi nuevo libro, “La Ola Verde“. Puedes leerla aquí:


Haz clic en la imagen para leer la entrevista / Click on the image to view the story

Valian’s death sentence reduced to 3 years in jail

Good news: Mohammad Amin Valian, the 20 year-old Iranian student who was condemned to death for throwing stones against the Basij militias, will live.

His sentence was reduced from execution to 3.5 years in prison. The huge gap between both penalties tells you about the seriousness of Iranian judicial system. It’s still unfair, but he will live.

Iran sentences journalist to 13 years and 74 lashes

I was in Tehran when they arrested Maziar Bahari, a journalist and documentalist who was working for Newsweek. They interrogated him, with daily beatings, for 118 days before releasing him (this is his account on what happened). Then they wanted him to become a spy for the Iranian regime. He refused.

Now he’s been sentenced to 13 years in prison and 74 lashes. On reviewing the accusations he’s been declared guilty of, he says: “The six charges I was sentenced for and the reason for the sentences, as my interrogator and the resident judge told me, are as follows, and they will tell you more about the regime than about me. I was, after all, just doing what a reporter does. But like the interrogators in George Orwell’s 1984, those at work in Iran’s justice system today are not interested in having you tell the truth, they are intent on making you accept their truth” (read about each of the charges and the facts here).

Bahari is a Canadian citizen born in Iran and his mother and family live there. He won’t be able to go visit them anymore, of course. And they’ve threatened him, saying that they could kidnap him anywhere in the world.

He says he feels safe at home. But he reminds us all of the fate of our colleagues in Iran, a country described by the Commitee to Protect Journalists as the world’s biggest jail for journalists, with 35 imprisoned and another 18 detainees free on short-term furloughs:

“I can write these lines with my tongue firmly in my cheek from the safety of my house in London, of course, but more than 30 journalists, writers, and bloggers are still languishing in Iran’s prisons. Dozens of others are either out on bail or furlough and can be put in prison anytime the Revolutionary Guards desire. Hundreds of other Iranians are in jail for charges that are even more absurd than mine. Five activists were executed on May 8, and 25 others are on death row.”