El Negro / The Black Man

UPDATE JAN 6TH: The story I translated is a fake. It’s not even original.  The writer, Rosa Montero, assured us it is real. But it happens to be no more than yet another version of an old urban legend, as you can see following the link below. Sorry for this. I too feel aggrieved. http://www.snopes.com/crime/safety/cookies.asp

ACTUALIZACIÓN ENERO 6: La historia de Rosa Montero es falsa. Ni siquiera es original, como ella asegura. No es más que otra versión de una vieja leyenda urbana, como pueden ver si siguen el vínculo de abajo. Lo siento. Yo también me siento agraviado. http://www.snopes.com/crime/safety/cookies.asp

Gracias a Pablo Pérez por la aclaración.

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We’re at the students’ dining hall in a German university. A blonde and unequivocally German female student takes a tray with the day’s menu from the self-service counter and finds an empty table for herself. She then realises she’s left the cutlery behind and goes back for it. When she looks for her food again, she discovers a Black guy, Sub-Saharian in looks, seating at her place and eating from her tray.

First, she feels confused and aggrieved, but she quickly rectifies her thinking and guesses that the African man is not used to the European sense of private property and intimacy, or that he might not have enough money to pay for his food, even as it is so cheap for our rich countries’ high life standards.

So she decides to seat in front of the guy and give him a friendly smile. He replies with another white smile. Then, the German starts eating from the tray behaving with all normality and sharing the food with exquisite generousity and courtesy with the Black man. So he takes the salad, she finishes the soup, they share the stew until there’s nothing left, one gets the yoghurt and the other one, the fruit. All that marked by many polite smiles, shy ones from the guy, understanding ones from the girl.

When the meal is over, the German stands up to go for coffee. She then discovers, on the next table behind her, her own coat hanging from a chair and an intact food tray.

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This is a real story told by Rosa Montero in today’s El País newspaper. Here’s the link. I translated it from Spanish.

VERSIÓN ORIGINAL DE ROSA MONTERO

Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja. De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.