Cangrejo ermitaño de la estepa


Mi casa es una yurta que se llama mochila. En ella no guardo secretos, sólo cinco camisas y dos pantalones que me pongo todo el año. Mi corazón es poderoso y alberga selva, glaciar y desierto. Hay que admitir –ni modo– que también es miel que se prodiga sobre el pan (y se complace en la integralidad de las mujeres con fibra).

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s